El Pleistoceno es el periodo del Cenozoico que abarca desde
finales del Plioceno (hace aproximadamente 1.800.000 años) hasta principios del
Holoceno (hace aproximadamente 11.500 años). Cubre la época de las recientes
glaciaciones.
Su final coincide con el final del Paleolítico, según la
terminología usada en Arqueología.
Los continentes se encontraban ya, básicamente, en sus
posiciones actuales durante este periodo.
El clima se caracterizó por una repetición de ciclos
glaciares, llegando los hielos hasta latitudes muy bajas en algunos lugares. Se
estima que durante la máxima extensión del periodo glaciar, el 30% de la
superficie de la Tierra estaba cubierta por hielo.
Los cuatro principales periodos glaciares reciben el nombre
de Günz, Mindel, Riss y Würm.
Cada uno de estos avances de los glaciares provocó un
descenso del nivel de los océanos, de incluso más de 100 m, propiciando la
creación de puentes de tierra entre zonas habitualmente aisladas.
Sin embargo, también las áreas desérticas fueron más secas y
extensas, debido a la escasez de lluvias provocada por la menor evaporación de
los océanos.
Tanto las faunas marinas como las continentales eran
esencialmente modernas. Una importante extinción empezó a finales del
Pleistoceno y continuó durante el Holoceno. Incluyó a los grandes mamíferos
como mamuts, mastodontes, tigres de dientes de sable, gliptodontes, osos de las
cavernas.
Durante el Pleistoceno se desarrollaron grandes civilizaciones, las que, a pesar de los cataclismos y extinciones, sobrevivieron hasta el presente.