sábado, 1 de agosto de 2015

Tambillo - Pica - Chile

El Virrey del Perú confió a Juan Polo de Ondegardo y Zárate, (afamado jurisconsulto) que estudiara a fondo el tema de la religión indígena para poder aportar argumentos sólidos y de primera mano para uso de los sacerdotes que pretendían evangelizarlos.
"Común  es casi a todos los indios adorar Huacas, Ídolos, Quebradas, Peñas o Piedras Grandes, Cerros, Cumbres de montes, Manantiales, Fuentes y, finalmente, cualquier cosa de naturaleza que parezca notable y diferenciada de las demás". (Polo de Ondegardo, 1916, Tomo III, cap. I, Nº 4;).
Los antiguos andinos creían  percibir  en estos lugares ciertas "presencias"  sobrenaturales  a las cuales reverenciaban y a las que consideran sus "protectores". 
Estos lugares  eran considerados por ellos como  "fuertes", es decir,  estaban premunidos de  fuerzas  especiales.
Entonces los representantes de la 'Santa Iglesia Católica, Apostólica, Romana' decidieron que tal 'idolatría' había de ser extirpada. Tales diseños y figuras eran consideradas  "obras del demonio", había que borrarlas y/o hacerlas desaparecer. 
Frecuentemente se aconsejaba  poner allí donde hubo un santuario u adoratorio una cruz cristiana, a la que se seguía reverenciando.



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